El sábado 22 de Noviembre la Comunidad Cristiana de San Gerardo vivió con alegría la Confirmación en la Fe de tres jóvenes de la Parroquia.
Por el Sacramento de la Confirmación, LAURA, MÓNICA y ELENA han decidido comprometer su vida con Cristo y vivir dicha opción en la Comunidad Cristiana que las ha acompañado y ahora las acoge más plenamente como miembros de la Iglesia, local, diocesana y universal.
La Comunidad agradece de forma especial a Eva e Isabel su tiempo de acompañamiento en la maduración en la fe de las recién confirmadas, y en ellas a todos los agentes de pastoral que desde los sacramentos de la Iniciación Cristiana asumen el compromiso y la vocación de acercar a Cristo a todos los que lo buscan de corazón.
Por el Sacramento de la Confirmación, LAURA, MÓNICA y ELENA han decidido comprometer su vida con Cristo y vivir dicha opción en la Comunidad Cristiana que las ha acompañado y ahora las acoge más plenamente como miembros de la Iglesia, local, diocesana y universal.
La Comunidad agradece de forma especial a Eva e Isabel su tiempo de acompañamiento en la maduración en la fe de las recién confirmadas, y en ellas a todos los agentes de pastoral que desde los sacramentos de la Iniciación Cristiana asumen el compromiso y la vocación de acercar a Cristo a todos los que lo buscan de corazón.
La celebración estuvo presidida por nuestro Vicario Episcopal, D.Julio, que en nombre de nuestro obispo, y siguiendo la sucesión apostólica, impuso las manos sobre las jóvenes al igual que desde los orígenes hicieron los discípulos de Jesús con los que se unían a la Iglesia Primitiva. Un signo que nos une al origen mismo de la Iglesia, que no es otro que Cristo Jesús.
El rito de la Confirmación incluye también la unción con el crisma del sacramento, para significar en ello la marca de Cristo en los confirmados, que pasan a ser miembros de Cristo Sacerdote, Profeta y Rey, y por ello corresponsables en su misión.
En la celebración, se hizo entrega a Laura, Mónica y Elena de la Cruz y el Icono del Perpetuo Socorro. La Cruz es el símbolo clásico que siempre se ha hecho entrega a los que acudían a una misión, como lo son ellas, y el Icono del Perpetuo Socorro, en una Parroquia Redentorista, es el reflejo fiel de la devoción e intercesión perpetua de la Virgen como siempre vivió San Alfonso.
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