El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencia al cardenal Angelo Amato, S.D.B., prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. En el transcurso de la misma, el Papa ha autorizado a la Congregación a promulgar el decreto concernientes a un milagro atribuido a la intercesión del Beato Juan Pablo II, polaco, (en el siglo Karol Józef Wojtyla) Sumo Pontífice (1920-2005)
El Sumo Pontífice ha aprobado igualmente los votos favorables de la sesión ordinaria de los padres cardenales y obispos acerca de la canonización del beato Juan XXIII (Angelo Giuseppe Roncalli) y ha decidido convocar un consistorio que se ocupará también de la canonización del beato Juan Pablo II (Karol Józef Wojtyla)
Además esta mañana en los jardines del Vaticano, en el Palacio de la Gobernación, se ha llevado a cabo, en presencia del Santo Padre Francisco, la inauguración de un nuevo monumento a San Miguel Arcángel, del artista Giuseppe Antonio Lomuscio, y la consagración del Estado de la Ciudad del Vaticano a San José y San Miguel Arcángel. Entre los presentes se encontraba el Papa Emérito Benedicto XVI, invitado especial del Papa Francisco, a quien los asistentes y el personal de la Gobernación han saludado con gran afecto. Los dos pontífices han permanecido uno al lado del otro durante toda la ceremonia sentados en dos sillas delante del monumento.
Después de un breve saludo del cardenal Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación, y de la intervención del cardenal Giovanni Lajolo, presidente emérito de la Gobernación, ha tomado la palabra el Papa Francisco.
"En los jardines del Vaticano, -ha dicho- hay varias obras de arte, ésta, que se ha añadido hoy, sin embargo, asume una posición de especial importancia, tanto en la disposición, como en el significado que expresa. No es sólo una obra de celebración, sino una invitación a la reflexión y a la oración, que encaja muy bien en el Año de la fe. Miguel - que significa "¿Quién es como Dios?" - es la muestra del primado de Dios, de su trascendencia y poder. Miguel lucha para restaurar la justicia divina; defiende al pueblo de Dios de sus enemigos, y sobre todo del enemigo por excelencia, el diablo. Y San Miguel vence porque en él es Dios quien actúa. Esta escultura nos recuerda entonces que el mal ha sido vencido... En el camino y en las pruebas de la vida no estamos solos, estamos acompañados y apoyados por los ángeles de Dios, que ofrecen, por así decirlo, sus alas para ayudarnos a superar muchos peligros, para ser capaces de volar alto en comparación con aquellas realidades que pueden hacer que nuestra vida sea pesada o que nos arrastren hacia abajo. En la consagración del Estado de la Ciudad del Vaticano pedimos a San Miguel Arcángel que nos defienda del mal y lo aleje".
Al final el Papa ha rezado dos oraciones de consagración, para San José y San Miguel Arcángel, ha hisopado el nuevo monumento y finalmente ha dado su bendición a todos los presentes.
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