Es un día especial y muy bonito el primer domingo de septiembre aquí en el Santuario de San Gerardo Majella en Materdomini di Caposele (Italia). Se celebra la primera fiesta del santo. Desde las primeras horas de la mañana las calles de la ciudad poco a poco se llenan de gente. Como música de fondo se escuchan las muchas voces que elevan al amado San Gerardo un canto de oración: “Soy un peregrino, no me cuesta todo el camino, San Gerardo mio ora por mí …”
Diferentes voces que se unen en una única y armoniosa canción de alabanza, voces de peregrinos de diferentes lugares. Eran muchos, cada uno diferente de otro, pero juntos, en unanimidad han mostrado el alma de un pueblo sediento de amor, paz y esperanza que encuentra una respuesta, en la hermosa figura del pequeño hermano redentorista.
Como saben la fiesta litúrgica de San Gerardo se celebra el 16 de octubre, día en que regresó a la casa del Padre, pero aquí en Materdomini hay una primera fiesta en honor del santo, una fiesta que puede llamarse histórica, la del primer domingo de septiembre. Es un evento que se remonta al 1893, año de la beatificación de San Gerardo.
Las carreteras en ese tiempo estaban llenas de polvo y las lluvias de otoño no hacían fácil el camino para llegar al Santuario, el clima era frío y la luz del día, se convirtía pronto en oscuridad de la noche. Esto pareció un motivo razonable y suficiente para celebrar a San Gerardo, para invitar a los devotos para expresar su devoción a él en una fecha diferente de la de su nacimiento para el cielo.
Hasta ahora esta fiesta no sólo ha conservado su fervor, su entrega, sino que año tras año, todo aumenta más y se transmite de generación en generación. Cada vez más gente llega hacia el santuario en este día maravilloso para honrar y celebrar el santo muy querido, que intercede por los pobres en la vida y para la eternidad. San Gerardo es realmente considerado como un compañero de viaje en la vida cotidiana, un amigo con quien siempre se puede confiar, presente y disponible para todo el mundo.
El momento central del día fue la celebración eucarística presidida por el Superior Provincial de los Misioneros Redentoristas Serafino Fiore y el padre Davide Perdonó Rector del Santuario. La plaza frente a la Iglesia del Redentor estaba repleta de familias jóvenes con sus hijos, niños, abuelos, mis ojos no podía dejar de escudriñar la belleza de la variedad de personas: caras alegres, tristes, serenas, cansados porque probados por la vida, pero todos llenos de confianza dirigiéndose a este pequeño, gran Santo.
Es pequeño, porque se hizo tal viviendo constantemente en el amor de Dios y dejandose plasmar por Él. Grande porque sólo vivía para dar gloria a su Amado Dios, servirlo en los hermanos necesitados y hacer de su propia vida un don de amor que aún hoy perpetua.
El día vió su culminación en la procesión! Un río humano incansable que siguió a San Gerardo por las calles de Caposele y de Materdomini. Esa escena expresó el deseo profundo de todos los participantes para tomar el ejemplo de San Gerardo como el seguimiento de Jesús. Todos buscamos un ejemplo para seguir, una ayuda para vivir la plenitud de la vida. Esto nos lo encontramos precisamente en San Gerardo que encarna el Evangelio de Jesús. Gerardo quiere que cada uno de nosotros pidiéndole vayamos hacia Dios Padre por medio de su “Bella Volontà”, así como él lo hizo.
Sor Rossella d’Aniello
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