Feliz Año... es un buen deseo para comenzar el año, ¿verdad?
Ojalá no nos cansemos pronto de tener buenos deseos para los que nos rodean. Al menos que nos duren el primer mes del año... y así poco a poco podamos ir aprendiendo a desear lo bueno todo el año.
Y cuanto más aprendamos a ello, más seremos capaces de ir agrandando nuestro corazón y hacer que los buenos deseos no sean sólo para los que nos rodean, sino para todos los que lo necesitan: los que están solos, o pasando hambre, o sufren guerras, o sienten miedo ante el batir del mar contra su débil esperanza en forma de barca entre las olas...
Ojalá nuestros buenos deseos fueran sobre todo buenos. No egoístas y simplones. Buenos de verdad.
Así, sí os deseamos de corazón... feliz año!
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