El jueves 4 de diciembre, se procedió al traslado de los restos de los Martires Redentoristas de Cuenca. Sus restos, retirados oportunamente de los enterramientos en los que estaban al iniciarse el proceso, se encontraban desde los años 70 en la Cripta de la Comunidad del Santísimo Redentor en Madrid, ubicado cada martir en su correspondiente urna identificada y lacrada. El Tribunal procedió al sellado de las urnas con los restos. En ellas se deposita el acta correspondiente, en un cilindro de cristal. A continuación, se sella la urna y se lacra con el sello del Arzobispado de Madrid.
Este traslado forma parte del proceso de canonización de los 6 mártires redentoristas en Cuenca. El Tribunal Diocesano de la Causa procedió, en primer lugar, a la firma de los documentos y al sellado de las cajas que contienen los restos de los Siervos de Dios. A continuación, el Juez dio la orden de traslado, y una vez en la Capilla de la Coronación del Santuario del Perpetuo Socorro, las urnas fueron depositadas junto al latar mayor.
El P. Provincial dirigió la oración de la Hora Intermedia, en presencia de miembros de las 3 comunidades redentoristas de Madrid, laicos redentoristas y algunos fieles de la Parroquia. Seguidamente se depositaron los restos en un nicho situado en la pared sur de la Capilla, y se formalizó el acto con la firma de las actas del traslado.
Una lápida sencilla, de marmol rojo, con una inscripción también en rojo, con el título "MARTIRES REDENTORISTAS, 1936-1938" y los nombres de todos ellos (el titular de la causa P.Xavier Gorosterratzu Jaunarena y sus compañeros: P. Ciriaco Olarte Pérez de Mendiguren, P. Miguel Goñi Ariz, P. Julián Pozo Ruiz de Samaniego, Hno. Victoriano Calvo Lozano, y P. Pedro Romero Espejo), indica el lugar donde reposan sus retos y su recuerdo. Sin duda, han vuelto a casa.
Xavier Gorosterratzu y cinco compañeros redentoristas...
En 1936, la comunidad redentorista de Cuenca estaba formada por ocho sacerdotes y cuatro hermanos coadjutores. El 18 de julio, ante la situación política que experimenta la ciudad, los redentoristas abandonan el convento y se dispersan, refugiándose en casa de un canónigo de la catedral y otras personas amigas. Los más ancianos serán acogidos en el asilo de las Hermanitas de los Ancianos. Al día siguiente, todos se reencuentran en el convento, sin mayor novedad.
El día 20 una turba de milicianos derriba la verja de la Iglesia y desquicia las puertas del templo; a pesar de esto, se seguirán celebrando los sacramentos hasta el día 23, en que sólo acuden a la cita el P. Romero y el H. Benjamín. Al ver que aumenta la tensión y la violencia contra los religiosos, el convento queda abandonado y los redentoristas siguen destinos diferentes. Algunos miembros logran esconderse y salir de Cuenca, pasado un tiempo; otros se refugiaron en el Seminario. Estos últimos, pocos días después, sufrirían el martirio junto con el Obispo de Cuenca.
El 31 de Julio, los PP. Ciriaco Olarte y Miguel Goñi eran detenidos y fusilados. Uno de ellos moría al instante y el otro tras una larga agonía. Enterado el P. Julián Pozo, avisó al Superior con la intención de procurarse un refugio mejor. El P. Pozo murió la noche del 9 de agosto, en medio de la carretera de Cuenca a Tragacete, rezando el rosario. En el camino del cementerio, la noche del 10 al 11 de agosto de 1936, eran fusilados el P. Xavier Gorosterrazu y el H. Victoriano Calvo. El P. Pedro Romero, de avanzada edad, llevó vida de mendigo por las calles de Cuenca, hasta que fue detenido en mayo de 1938 y arrojado a la cárcel, donde morirá en los primeros días de junio a causa de una disentería, provocada por los padecimientos vividos durante su persecución.
Más información:
http://www.redentoristas.org/Páginas/Celebramos/santbeatmart/archmartcuenca/trasladomartirescuenca.html
http://www.redentoristas.org/Páginas/Celebramos/santbeatmart/archmartcuenca/martirescuenca.htm
o contactar con el Vicepostulador de la Causa, P. Antonio Quesada (Parroquia de San Gerardo).
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