Benedicto XVI ha enviado un mensaje al arzobispo Józef Michalik, Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca con motivo del Campeonato Europeo de Fútbol que tendrá lugar en Polonia y Ucrania.
“Este acontecimiento deportivo - escribe el Papa- interesa no sólo a los organizadores, a los atletas y a los aficionados, sino también - en diversos modos - (...) a toda la sociedad. Tampoco la Iglesia permanece indiferente y se preocupa, en particular, por las necesidades espirituales de los que toman parte en ese evento”.
El Santo Padre cita las palabras del beato Juan Pablo II, cuando afirmaba que el deporte era una “herramienta significativa para el desarrollo integral de la persona y para la construcción de una sociedad más humana” porque “el sentido de fraternidad, la generosidad, la honradez y el respeto por el cuerpo - virtudes indispensables para todo buen atleta- contribuyen a edificar una sociedad civil donde el antagonismo se sustituye por una competencia sana, y donde el encuentro es preferible al enfrentamiento”.
“Los deportes de equipo, como el fútbol -prosigue Benedicto XVI- son una escuela importante para educar a respetar a los demás, incluso al adversario deportivo; favorecen el espíritu de sacrificio personal en pro de todo el grupo; sirven para valorizar las dotes de cada uno de los elementos que forman el equipo. En pocas palabras, ayudan a superar la lógica del individualismo y el egoísmo, que a menudo caracterizan las relaciones humanas, para dar cabida a la lógica de la fraternidad y del amor, la única que hace posible promover -en todos los ámbitos- el verdadero bien común”.
El Papa concluye invitando a todos los participantes en el campeonato a “obrar con solicitud para que se viva como una manifestación de las virtudes y acciones humanas más nobles, con espíritu de paz y alegría”.
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