El Patriarca Ecuménico Bartolomé I visitó ayer Milán con motivo de la conmemoración del mil setecientos aniversario del Edicto de Milán, firmado por Constatino y Licinio, emperadores Occidente y Oriente, en el año 313, que concedía la libertad de culto en todo el imperio romano y ponía fin a las persecuciones religiosas.
Con ocasión de la visita, el Papa Francisco envío ayer tarde - a través del cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado- un mensaje al cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán, para saludar al Patriarca y a los participantes en la conmemoración, así como a toda la ciudad “por el relieve dado a la memoria de la histórica decisión que, decretando la libertad religiosa para los cristianos, abrió nuevos caminos al Evangelio y contribuyó de forma decisiva al nacimiento de la civilización europea”.
En el texto, el Santo Padre manifiesta el deseo de que “hoy como ayer el testimonio común de los cristianos de Oriente y Occidente, regida por el espíritu del Resucitado, contribuya a la difusión del mensaje de salvación en Europa y en todo el mundo y que, gracias a la amplitud de miras de las autoridades civiles se respete en todos los lugares el derecho a la expresión pública de la propia fe y se acoja sin prejuicios la aportación que el cristianismo sigue ofreciendo a la cultura y a la sociedad de nuestro tiempo”.
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