Jorge Mario Bergoglio no ha dejado nunca de ser un cura. Lo demostró en sus quince años como arzobispo de Buenos Aires y también está haciendo gala de ello en los dos meses y medio que lleva como Papa. Francisco está enganchado a la pastoral: le gusta estar entre la gente, estrechar manos, proclamar la Palabra de Dios, escuchar y confortar a los fieles. Por supuesto, también a los más pequeños. Ayer, Domingo de la Santísima Trinidad, tuvo su primer gran encuentro con los niños en la visita que realizó a la parroquia de los Santos Isabel y Zacarías, a las afueras de Roma.
Con la naturalidad, simpatía y espontaneidad que marcan su carácter, el obispo de Roma entabló durante su homilía un diálogo con los chavales –a 16 les dio la primera comunión, mientras otros 28 la habían recibido el domingo anterior–, ofreciéndoles una clase de teología amena y divertida. «A vosotros, niños, os pregunto: ¿quién sabe quién es Dios?», les dijo. «Muy bien, el Creador de la Tierra», felicitó al pequeño que se atrevió a ser el primero en responder. Luego le siguieron otros muchos, tratando con Francisco las dificultades para entender el misterio de la Santísima Trinidad.
«Jesús nos ha salvado, pero también camina con nosotros en la vida. ¿Es esto verdad? ¿Y cómo camina? ¿Qué hace cuando camina con nosotros en la vida? Ésta es difícil. Quien la responda gana el derbi», dijo Francisco ganándose las sonrisas de los críos, quienes se miraban entre ellos con expresión de sorpresa y alegría, conscientes de que el Papa tenía en cuenta que ayer por la tarde Roma y Lazio disputaban un partido. «Nos ayuda», respondieron en coro los niños. «Nos guía», dijo luego otro chaval. «Estupendo. Camina con nosotros, nos ayuda, nos guía y nos enseña a seguir adelante. Y Jesús nos da también la fuerza para caminar, de verdad. Nos apoya», comentó después de que hablara otro muchacho. «Nos apoya en las dificultades, ¿verdad? Y también en las tareas de la escuela. Nos apoya, nos ayuda, nos guía. ¡Así es! Jesús va siempre con nosotros».
A continuación, les explicó el Papa a los niños, a 44 de los cuales administró el sacramento de la Eucaristía, lo que significa la comunión. «Jesús nos da fuerzas. ¿Y cómo nos da fuerzas Jesús? ¿Vosotros sabéis cómo nos da fuerzas?», preguntó. «¡Más fuerte!, no os oigo», les dijo a los niños, que estaban cada vez más animados. «Con la comunión nos da fuerza. Él viene a nosotros. Pero cuando vosotros decís ''nos da la comunión'', ¿un pedazo de pan te da tanta fuerza? ¿No es eso pan? ¿Es pan? Esto es pan, ¿pero lo que hay sobre el altar es o no pan?», siguió Francisco su homilía dialogada. «¡Parece pan, pero no es pan! ¿Qué es? Es el cuerpo de Jesús. Jesús viene a nuestro corazón».
En un momento, Francisco incluso bromeó con ellos al exponer quién era él: «El Papa es el que está en el Vaticano. Hoy está aquí el obispo de Roma».
Antes de la celebración, Francisco se vio con las familias de los niños bautizados este año, confortó a los enfermos y dedicó un tiempo a una de sus actividades predilectas como sacerdote: la confesión. Algunos fieles pudieron contarle sus pecados. Tras el saludo del párroco, el Papa retomó las palabras de uno de los jóvenes que habían intervenido para subrayar que el concepto «periferia» no sólo tiene un «sentido negativo», también «uno positivo». Es así porque «la realidad en su conjunto se entiende mejor no desde el centro, sino desde la periferia».
Lección del día: la Santísima Trinidad
Lo que dice el Catecismo
«La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas (...). Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios» (253). «"Padre", "Hijo", Espíritu Santo" no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí» (254). «La verdad revelada de la Santísima Trinidad ha estado desde los orígenes en la raíz de la fe viva de la Iglesia. (...) Estas formulaciones se encuentran ya en los escritos apostólicos, como este saludo recogido en la liturgia eucarística: ''La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros"» (249).Cómo lo explicó el Papa
«A vosotros, niños, os pregunto: ¿quién de vosotros sabe quién es Dios? Levanta la mano... A ver, dime...». (los niños dieron algunas respuestas). «Muy bien, el Creador de la Tierra. Y, ¿cuántos son? ¿Uno..? A mí me dijeron que eran tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y ¿cómo explicamos esta cosa? ¿Hay uno o son tres? Fuerte, más fuerte. Respondan más fuerte... Sí, son tres personas en una. Y, ¿qué hace el Padre? Es el principio que creó todo, a nosotros. ¿Qué hace el Hijo? ¿Qué hace Jesús, que nos ama? Lleva la Palabra de Dios, viene a enseñarnos la Palabra de Dios. Y, ¿qué hizo en la Tierra? Nos vino a salvar, vino para dar su vida por nosotros. El Padre crea, Jesús nos salva, el Espíritu Santo nos ama, y este es el camino cristiano: hablar con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo».
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