¿Sabéis que personaje es el que necesitaba de nuestra ayuda para
no caer en el olvido? ¡Pulgarcito!
Con él hemos aprendido que no hay que valorar a las personas
por su aspecto sino por sus cualidades y que los pequeños también podemos hacer
grandes cosas. Somos como una chispa, pequeños... ¡¡¡pero que puede encender una gran hoguera!!!!
Durante la marcha que hemos realizado hemos descubierto a
compañeros, nos hemos ayudado y hemos disfrutado de la naturaleza
Al llegar a nuestro destino hemos profundizado en la aventura que hemos vivido y nos hemos dado cuenta que Jesús mediante las bienaventuranzas también nos enseña que lo importante es contar con todos y que precisamente los que menos valoramos son los mas importantes en el Reino de Dios.
Y como premio... ¡¡¡hemos pasado una tarde refrescante en la
piscina!!!
Después, ya en el campamento, cenar, velada y... dulce sueño.
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