Superando el "tabú" de la "extrema unción", el Sacramento de la Unción quiere ser el acompañamiento de Cristo a todos y cada uno en el momento de su prueba o enfermedad. Y en ello, la Comunidad Cristiana se alegra y acoge a estos hermanos para con ellos pedir al Señor por medio del Espíritu el don de la fortaleza, el don de la paciencia, y el don de la confianza en Dios.
Por medio de la invocación al Espíritu Santo y la imposición de las manos por los celebrantes sobre todos ellos, la Comunidad pide a Dios que los reconforte. Y con el óleo del Sacramento, aceite bendecido en la Misa Crismal por el Obispo el Miércoles Santo, se pide que el Señor sane el cuerpo y el alma de quien lo recibe. Como los cuerpos de los atletas que se preparaban para correr en la antigüedad untándose aceite, así pedimos al Señor que el cuerpo de estos hermanos se prepare para correr bien su carrera.
En un ambiente familiar y cercano, sereno y orante, la Celebración discurrió con suma hondura del momento y como gracia para todos.
2 comentarios:
Qué bonito poderlo celebrar así, gracias a la parroquia por hacerlo posible!!!
La verdad es que por casualidad pude estar en la celebración, y debo decir que fue algo muy bonito.Gracias!
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