Antonio, además de Cardenal de la Iglesia, ha sido, es y será sacerdote querido y cercano de nuestra Parroquia, a la cual regaló muchos años de su sacerdocio y tejió amistad y cariño con toda la Comunidad Parroquial.
La celebración, presidida por Antonio, se enmarcaba en el sentido del primer día del Triduo: la vida. San Gerardo, patrón de las madres gestantes, fue intercesor especial de las mujeres que estando embarazadas ruegan a Dios llegar a feliz término su embarazo. Antonio bendijo a las embarazadas presentes, orando a Dios por intercesión de San Gerardo.
Este primer día predicó el neo diácono Jorge Ambel, redentorista. Su paso en los años de formación por nuestra Comunidad Parroquial le llamaban a estar presente en esta "su" parroquia en el día de su titular. Predicó, no sin nervios primeros lógicos ante un Cardenal, pero supo trasmitir y manifestar la defensa de la vida, tal y como venga, y siempre abrazados como Gerardo a la cruz de Cristo.
Además de por las embarazadas, presentes y ausentes, la Comunidad oró pidiendo verse cumplir el deseo de una mujer de quedarse embarazada. TE LO PEDIMOS SEÑOR.
A las embarazadas se les hizo entrega, en el momento de la bendición, de la Medalla de San Gerardo, un pedazo de lienzo-reliquia, y un librito sobre la vida del santo.
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