El Papa Juan Pablo II dijo de ella:
"Enriquecida con particulares dones sobrenaturales desde su tierna edad, Santa Hildegarda profundizó en los secretos de la teología, medicina, música y otras artes, y escribió abundantemente sobre ellas, poniendo de manifiesto la unión entre la Redención y el Hombre".
Benedicto XVI la dedicó dos Audiencias Generales, los días 1 y 8 de Septiembre de 2010, y entre otras cosa dijo:
Las visiones místicas de Hildegarda se parecen a las de los profetas del Antiguo Testamento: expresándose con las categorías culturales y religiosas de su tiempo, interpretaba las Sagradas Escrituras a la luz de Dios, aplicándolas a las distintas circunstancias de la vida [...] Las visiones místicas de Hildegarda son ricas en contenidos teológicos. Hacen referencia a los principales acontecimientos de la historia de la salvación, y usan un lenguaje principalmente poético y simbólico.
No eran los primeros Papas en reconocerlo porque Eugenio III y el Concilio de Tréveris -1148- habían dicho lo mismo en vida de Hildegarda.
Que tres papas y el concilio de Tréveris declararan a Santa Hildegarda, "auténtica, fidedigna y en todo semejante a los antiguos profetas", es un privilegio único, una garantía de fiabilidad que la Iglesia no había dado antes a nadie y que nunca más ha vuelto a dar.
Más información: http://www.hildegardiana.es/
(Fotografía: imagen del tapiz colgado en el balcón de la logia central del Vaticano en la proclamación el 7 de octubre de 2012 de Santa Hildegarda de Bingen como Doctora de la Iglesia)
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