Son muchos los que ya saben de mi ‘debilidad’ por la Sábana Santa de Turín, algo que he estudiado con pasión desde hace años y cuyo resultado lo he podido compartir en mi web www.sabanasanta.org. El primer sorprendido por la recepción de la web he sido yo: se ha convertido en una web de referencia sobre el tema, recibiendo miles de visitas diarias, más aún en estos días de exhibición de la Síndone.
En efecto, este año 2010 es especial en lo que se refiere a la Síndone, porque está teniendo lugar la Ostensione (exhibición), que no se producía desde hacía diez años. La han visitado unos dos millones de personas. Jóvenes y catequistas de mi Parroquia del Santísimo Redentor de Madrid, conscientes de mi fascinación por este lienzo, por mi Profesión Perpetua me obsequiaron con... ¡un viaje a Turín para verla in situ!
La experiencia de verla con mis propios ojos fue, sin duda alguna, increíble. Entrar en la catedral de San Juan Bautista de Turín y dirigir la mirada hacia ese lienzo que porta una imagen bien visible y sorprendente en todos los sentidos, es interpelante. Más allá del material, un lienzo de lino ‘herido’ con mil quemaduras, puede verse la imagen –bella, pacífica y majestuosa– de un hombre maltratado, flagelado, ‘coronado’ con un casco de espinas, obligado a cargar con el patíbulo, crucificado, atravesado por una lanza romana y envuelto en un lienzo de una calidad extraordinaria... Una imagen única en la historia de la humanidad asociada, además, a un momento único.
Son muchos los que me preguntan qué encuentro en la Síndone, como si la posibilidad de que sea la imagen de Cristo vinculada a su muerte y resurrección pusiera en peligro la fe... Nada que ver. Juan Pablo II, que la visitó en 1998, lo expresó de una manera genial: “La Síndone es un reto para la inteligencia [nadie ha podido explicar la formación de la imagen, en la que no existe pigmento de ningún tipo] y espejo del evangelio [muestra lo que nos cuentan los evangelios y ahonda en sus detalles de una manera ‘visible’]”. Nadie puede arrebatar a la Sábana Santa el tremendo valor de signo que tiene: una puerta abierta a la posibilidad de que la Buena Noticia del Evangelio sea verdad, de que Jesucristo esté vivo y camine a nuestro lado transformando nuestra vida a cada momento para hacernos semejantes a él.
Quizá ayude a entender esto el mensaje que un hombre dejó escrito hace unos días en mi página web: “Gracias por esta página, quienquiera que seas. El pasado Viernes Santo me topé con ella tras ver un reportaje en la tele sobre la Síndone. Yo llevaba varios años buscando un sentido, tras otros muchos años de desierto sin nisiquera desearlo. Me intrigó lo que vi en la tele y quise saber más... Tu página, su intachable respeto por la verdad, requisito para un espíritu crítico y científico como el mío, me permitieron seguir adelante en esa búsqueda, hasta el punto de interesarme más por el personaje de Jesús... Fui a los evangelios... y ahí empezó a manifestárseme con más claridad que todo eso me hablaba a mí también... desde el corazón. Llevo un mes flotando de alegría interior; me he reconciliado con la Iglesia que abandoné hace años; y creo que con la fuerza de Dios seguiré buscándole más hondo dentro y fuera de mí, ya ha provocado cambios increíbles en mi vida. Como sabrás, todo el mérito lo tiene, y así se lo atribuyo, a Él, pero tu web me la colocó a mano como un primer instrumento para empezar a atisbarle. Gracias de verdad”.
La expresión, referida a la Síndone, es inmejorable: “un instrumento para empezar a atisbarle”.
De eso se trata. Un fuerte abrazo, Carlos, CSsR
HOY, 24 DE MAYO,
¡FELIZ DÍA DE MARÍA AUXILIADORA!
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