lunes, 18 de mayo de 2009

NOS ESCRIBEN DESDE LA MISION DEL CESPLAM EN HONDURAS

Querido amigo/a, hermano/a.
Recibe mi saludo y mis mejores deseos para ti desde tierras hondureñas. Creo que ya sabes que los misioneros del Cesplam llevamos por aquí algo más de un mes. No ha habido mucho tiempo para sentarse y escribir unas palabras hasta ahora. Lo primero que te puedo decir es que estamos bien y contentos del trabajo que estamos realizando. Un poquito cansados pero satisfechos.

Hemos terminado ayer la segunda etapa de misión. La segunda de tres. Así que vamos avanzando en el programa según lo previsto. Esta semana estamos dedicando tiempo a descansar y recuperar fuerzas.

Te cuento que estamos en la Parroquia Ntra. Sra. De Guadalupe de la Lima, en Honduras. Es una parroquia cercana a San Pedro Sula. De muchísima población… El párroco es el P. José. También le acompañan otros dos sacerdotes. Los tres murcianos. Si me pusiese a hacer una descripción de la realidad social, política y religiosa del país creo que no terminaría, por eso baste decir que es un país donde hay mucha pobreza al lado de grandes riquezas. La corrupción a todos los niveles (político y económico) es total y descarada. La desestructuración familiar alarmante y con secuelas permanentes. Son muchísimos los hondureños que se han ido a EE.UU. a trabajar abandonando y dividiendo la familia. Hay muchísimos niños abandonados o con los abuelos… Y a nivel religioso la cuestión también es difícil por la gran presión de las sectas protestantes que proliferan con el único empeño de engañar a la gente y cuanto más pobres son más les engañan. Pero si algo nos duele y “enfurece” es el índice de violencia que hay en el país. Los secuestros, asaltos y asesinatos son constantes, diarios… en cualquier lugar y a cualquier persona. Una matanza de personas aquí pude ser noticia de un día, como mucho, y en España sería de toda la semana o más. La impunidad es total. La vida no vale nada… Y también habría que hablar del maltrato a las mujeres y los abusos a los niños.

¡Vaya panorama! Estarás pensando. Pues creo que es peor aún. ¡Qué suerte tenemos algunos de vivir como vivimos y no lo valoramos! En medio de esta realidad la Iglesia Católica es un signo de esperanza, una luz en la oscuridad, una voz que pide justicia, una mano que acaricia, un brazo samaritano… Una PALABRA de Vida. Eso es lo que tratamos de hacer en nuestra misión involucrándonos en la vida pastoral y solidaria de la parroquia y de la diócesis.

Tenemos la gran ventaja de que nuestra presencia en Honduras, en esta zona, es casi permanente. Y eso nos da experiencia y conocimiento de la realidad de la gente. Somos queridos y creo que ya hemos aprendido mucho a ser de ellos, a vivir con ellos buscando la luz. El P. José siempre ha confiado en los Redentoristas en esta tarea pastoral y alentadora de las comunidades cristianas de la parroquia. Lo que ahora estamos haciendo es la Renovación de la Misión (diocesana) que celebramos el año 2006. Podemos decir que estamos viendo los frutos, y eso para un misionero que sólo siembra es algo casi imposible. Es un premio para nosotros. Las Comunidades Eclesiales (Asambleas Familiares) perduran en su reunión semanal, aparecen nuevos agentes de pastoral, se tiene más conciencia de parroquia… Los misioneros estamos sorprendidos porque hemos visto que la respuesta misionera está siendo mucho mejor que hace 3 años; tanto en la cantidad de participantes como en el ambiente generado entre todos. Unido a todo esto está la labor social de la parroquia. Es muy grande y reconocida por todos. Actualmente se están poniendo en marcha comedores populares y dispensarios nuevos. La ayuda solidaria de España se ve… da vida y construye comunidad.

Se que muchas personas en España están pendientes de nosotros por medio de la oración. Lo agradezco inmensamente. Pero para quien te pido oración es para la gente más humilde de esta tierra. La crisis global aquí se multiplica por eso te pido, os pido, que multipliquéis vuestra oración y ayuda. Recibe un saludo cordial y cariñoso. Qué Dios te siga bendiciendo. Un abrazo y hasta pronto.

P. Manuel Cabello, cssr, Coordinador del Equipo CESPLAM

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