"Estarán unidas en tu mano"
Estas palabras proféticas de Ezequiel dirigidas al pueblo elegido son una alegoría de la unidad de la Iglesia, aunque el profeta las aplicó a la necesaria unidad de Israel rota por los pecados de los dirigentes y del pueblo. Habla el profeta de dos leños a modo de trozos de una vara de mando rota, que el Señor le ordena al profeta unir en su propia mano como signo para la casa de Israel (Ez 37,15-28). Son aplicables a la Iglesia dividida porque, al igual que el pueblo de la antigua Alianza, dividido en contiendas contrarias a la voluntad de Dios, también las divisiones de las Iglesias cristianas son contrarias a la voluntad de Cristo, que quiso una sola y única Iglesia visible: “Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros. De este modo el mundo creerá que tú me has enviado” (Jn 17,21).
Estamos invitados a ORAR por la Unidad de los Cristianos...
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