NOTICIAS DESDE CALCUTA Y CAROLINA DEL NORTE (I)…

DESDE CAROLINA DEL NORTE

Ya ha pasado más de una semana desde que llegué a mi nuevo destino en este año de pastoral: la pequeña ciudad de Concord, Carolina del Norte (EEUU). Me acogieron muy bien redentoristas y laicos de esta comunidad. Pronto, desde el primer día, comencé a tener relación con mi objetivo pastoral: la población de habla hispana (en su inmensa mayoría mejicana) que vive en este Estado sureño de los Estados Unidos.

Cuando uno llega aquí percibe varias cosas: esta gente tiene dinero, tiene espacio y tiene un enorme sentido práctico. Son tres cosas buenas sin duda, pero en su justa medida y evitando que desemboquen en el materialismo e individualismo que también reinan con las tres virtudes anteriores. La consecuencia es clara: todo es un mercado. Hasta la misma religión tiene su mercado en el que compiten, con las leyes del libre mercado relativista, todas las iglesias. No hay, a mi parecer, una real tolerancia cultural; aquí lo latinoamericano es claramente marginal, es mirado siempre con desconfianza y con rechazo.

Los mejicanos viven una situación difícil en este país, muchos son indocumentados y se exponen a la deportación y a la explotación laboral; sin carnet de conducir y con su piel morena (la mayoría) tienen muchas papeletas para que los detengan y encarcelen. Además de la realidad familiar tantas veces muy dura en la que viven: alcoholismo, violencia doméstica, etc. El desempleo y la falta de un seguro médico deja especialmente desamparada a esta población, que tiene miedo a enfermar y a endeudarse. A esto se añade que muchos emigran a EEUU sólo para “hacer fortuna” y en sus planes no entran la fe ni la educación religiosa de sus hijos.

Anunciar la fe en este contexto es realmente difícil. Por la separación racial, por la barrera del idioma (muchos latinos no conocen bien el inglés) y por el mercantilismo a que se somete todo. Sin embargo estoy animado por la acogida y el buen corazón de esta gente, por los pasos que poco a poco se van dando; y porque lo que aquí se ve parece anticipar la marea que allí nos llegará, a España y a Europa, en unos años.

Esta experiencia está siendo un desafío misionero y un reto a la vez que una oportunidad y un don de Dios. Me alegro mucho de poder vivirla y de poder compartirla con vosotros.

Víctor Chacón Huertas, CSsR

Nota: la foto de grupo es con el grupo de jóvenes en una convivencia de confirmación.