Fiesta de Ntra. Sra. del Perpetuo SocorroTema: María, yo te acojo en mi casa.
Grupos: Consejo Pastoral y Comunidad de Misioneros Redentoristas.
Canta: Coros de la Parroquia.
Después de la celebración solemne de la fiesta, tendremos un ágape parroquial.
Santa María del Perpetuo Socorro es patrona de:
· Sanidad Militar (1926) · Colegio de Médicos de Sanidad Civil (1941)
· Beneficencia Municipal de Madrid (1942)
· Asociación Benéfica de Funcionarios del Ministerio de la Gobernación Civil (1945)
· Instituto Nacional de Previsión (1946)
· El Seguro Español (1946)
· Mutualidad General de Peritos del Ministerio de Agricultura (1953)
· Ministerio de Hacienda (1954)
· Mutualidad de Protésicos Dentales (1964)
· Hermandad de Pensionistas de la Administración Local de España (1967)
· SAMUR (Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate) (1994).
Grupos: Consejo Pastoral y Comunidad de Misioneros Redentoristas.
Canta: Coros de la Parroquia.
Después de la celebración solemne de la fiesta, tendremos un ágape parroquial.
REFLEXIÓN (P.Laurenao del Otero, cssr)
1. El final del camino de la novena: estamos unidos
El icono de Santa María del Perpetuo Socorro es la señal del profeta Isaías: una mujer, una virgen con concibe un hijo milagrosamente. Una mujer que es bendecida por Dios con una familia. Ésta es la señal de todos los cristianos: Dios nos une en comunión.
Y estamos unidos a María por Jesús. Junto a la cruz del Señor estaban su Madre y su discípulo amado. Ambos le habían acompañado en todo su camino de anuncio del Reino de Dios, y ahora ambos descubrían el final de ese camino: los que están unidos a Cristo, están unidos entre sí. Por eso el Señor entrega su Madre al discípulo, y entrega al discípulo como hijo a su Madre. Este es el final del camino que hemos recorrido en esta novena: la presencia de María Perpetuo Socorro en nuestra Parroquia es una señal que nos conduce a la entrega y la unión con Jesús. Y todos seguimos un camino que nos lleva a una meta común.
También en el sagrado icono del Perpetuo Socorro, junto a la cruz de Jesús estamos nosotros y su madre. Cristo nos ha unido por su muerte en la cruz. Su Madre se une a nosotros en esa mirada maternal que nos dirige, y nosotros, al mirarla, nos sentimos unidos a ella. Ella nos mira y escucha: “Ahí está tu hijo”. Nosotros la miramos y escuchamos: “Ahí está tu Madre”.
2. San Gerardo, discípulo amado, me invita a acoger a María en mi casa
Santa María y San Gerardo se parecen en mucho. Ambos pertenecen al grupo de los pequeños en los que Dios ha hecho brillar su misericordia. Dieron un “sí” al Señor siendo muy jóvenes, y toda su vida consistió en involucrarse en los planes de Dios. Su respuesta a la llamada de Dios se tradujo en una gran familiaridad con Cristo y en una entrega total a los demás. Sin ser personas de estudios, son referentes del conocimiento más importante: la sabiduría de la cruz. Ambos ocupan el mismo lugar al final de su vida, e interceden por nosotros, prolongando su misión en esta tierra. Ellos despiertan nuestra confianza: Dios nos ayuda a ser creyentes con su presencia.
San Gerardo supo ser un discípulo amado del Redentor:
· Su oración constante le hizo escuchar con claridad los latidos del corazón de Cristo, pues junto al sagrario él reposaba su cabeza, como hizo Juan en la última cena, sobre el pecho del Redentor.
· No abandonó al Señor en los momentos de prueba, resistiendo junto a la cruz de la soledad, de la debilidad, del rechazo, de la calumnia. Nunca abandonó al Señor, pues estaba convencido de que nada nos separará del amor de Dios.
· Como al discípulo amado, pocos signos fueron suficientes para reconocer que la Vida ha triunfado en la resurrección y que Cristo vivo está.
· Y lo más importante, San Gerardo se creyó el Evangelio, reconoció a María por Madre suya, le recibió en su casa y vivió junto a ella.
3. María, yo te acojo en mi casa
Nuestra Parroquia es un paraíso donde el Señor quiere vivir una estrecha intimidad. Por eso cada día de Novena hemos recorrido el espacio que compartimos: desde la puerta, hasta cada uno de los grupos parroquiales. Y hoy, en su fiesta, sólo nos queda invitar a María a venir a nuestra casa.
María, yo te acojo en mi casa. Tu presencia a lo largo del año es para mí el mejor regalo de Dios, su mejor milagro, su mejor palabra. Me da a su Madre: es lo más valioso que “posee” una persona. Tú me enseñas a vivir con intimidad la relación con Jesús, a estar cerca de su corazón, a reconocer que la vida y la resurrección me invaden alrededor. María, yo te acojo en mi casa. Vive en mi corazón. Gracias, Cristo, por María.
El icono de Santa María del Perpetuo Socorro es la señal del profeta Isaías: una mujer, una virgen con concibe un hijo milagrosamente. Una mujer que es bendecida por Dios con una familia. Ésta es la señal de todos los cristianos: Dios nos une en comunión.
Y estamos unidos a María por Jesús. Junto a la cruz del Señor estaban su Madre y su discípulo amado. Ambos le habían acompañado en todo su camino de anuncio del Reino de Dios, y ahora ambos descubrían el final de ese camino: los que están unidos a Cristo, están unidos entre sí. Por eso el Señor entrega su Madre al discípulo, y entrega al discípulo como hijo a su Madre. Este es el final del camino que hemos recorrido en esta novena: la presencia de María Perpetuo Socorro en nuestra Parroquia es una señal que nos conduce a la entrega y la unión con Jesús. Y todos seguimos un camino que nos lleva a una meta común.
También en el sagrado icono del Perpetuo Socorro, junto a la cruz de Jesús estamos nosotros y su madre. Cristo nos ha unido por su muerte en la cruz. Su Madre se une a nosotros en esa mirada maternal que nos dirige, y nosotros, al mirarla, nos sentimos unidos a ella. Ella nos mira y escucha: “Ahí está tu hijo”. Nosotros la miramos y escuchamos: “Ahí está tu Madre”.
2. San Gerardo, discípulo amado, me invita a acoger a María en mi casa
Santa María y San Gerardo se parecen en mucho. Ambos pertenecen al grupo de los pequeños en los que Dios ha hecho brillar su misericordia. Dieron un “sí” al Señor siendo muy jóvenes, y toda su vida consistió en involucrarse en los planes de Dios. Su respuesta a la llamada de Dios se tradujo en una gran familiaridad con Cristo y en una entrega total a los demás. Sin ser personas de estudios, son referentes del conocimiento más importante: la sabiduría de la cruz. Ambos ocupan el mismo lugar al final de su vida, e interceden por nosotros, prolongando su misión en esta tierra. Ellos despiertan nuestra confianza: Dios nos ayuda a ser creyentes con su presencia.
San Gerardo supo ser un discípulo amado del Redentor:
· Su oración constante le hizo escuchar con claridad los latidos del corazón de Cristo, pues junto al sagrario él reposaba su cabeza, como hizo Juan en la última cena, sobre el pecho del Redentor.
· No abandonó al Señor en los momentos de prueba, resistiendo junto a la cruz de la soledad, de la debilidad, del rechazo, de la calumnia. Nunca abandonó al Señor, pues estaba convencido de que nada nos separará del amor de Dios.
· Como al discípulo amado, pocos signos fueron suficientes para reconocer que la Vida ha triunfado en la resurrección y que Cristo vivo está.
· Y lo más importante, San Gerardo se creyó el Evangelio, reconoció a María por Madre suya, le recibió en su casa y vivió junto a ella.
3. María, yo te acojo en mi casa
Nuestra Parroquia es un paraíso donde el Señor quiere vivir una estrecha intimidad. Por eso cada día de Novena hemos recorrido el espacio que compartimos: desde la puerta, hasta cada uno de los grupos parroquiales. Y hoy, en su fiesta, sólo nos queda invitar a María a venir a nuestra casa.
María, yo te acojo en mi casa. Tu presencia a lo largo del año es para mí el mejor regalo de Dios, su mejor milagro, su mejor palabra. Me da a su Madre: es lo más valioso que “posee” una persona. Tú me enseñas a vivir con intimidad la relación con Jesús, a estar cerca de su corazón, a reconocer que la vida y la resurrección me invaden alrededor. María, yo te acojo en mi casa. Vive en mi corazón. Gracias, Cristo, por María.
Santa María del Perpetuo Socorro es patrona de:
· Sanidad Militar (1926) · Colegio de Médicos de Sanidad Civil (1941)
· Beneficencia Municipal de Madrid (1942)
· Asociación Benéfica de Funcionarios del Ministerio de la Gobernación Civil (1945)
· Instituto Nacional de Previsión (1946)
· El Seguro Español (1946)
· Mutualidad General de Peritos del Ministerio de Agricultura (1953)
· Ministerio de Hacienda (1954)
· Mutualidad de Protésicos Dentales (1964)
· Hermandad de Pensionistas de la Administración Local de España (1967)
· SAMUR (Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate) (1994).
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