sábado, 20 de junio de 2009

NOVENA AL PERPETUO SOCORRO, Domingo 21

Tema: Día de las Vocaciones Redentoristas. Una parroquia llega hasta el mar.

Grupos: Laicos y Estudiantes Redentoristas.

Canta: Coro rociero “Blanca Paloma”.

REALIZADO EL ENVÍO MISIONERO EN NUESTRA PARROQUIA.

En el contexto de la Novena, en el día de hoy se ha procedido al envío misionero de cuatro jóvenes de nuestra Comunidad Parroquial: Victor y Miguel, estudiantes redentoristas, que irán el primero a Trojes (Honduras) y el segundo a Tiebissou (Costa de Marfil), y Cristina y Javier, que irán también a la misión redentorista de Trojes, justo después de la celebración de su próximo matrimonio.

En el envío se les ha hecho entrega de la cruz misionera de los redentoristas, y con la oración y bendición de todos los sacerdotes la Comunidad Parroquial ha rezado por ellos y su misión. Así mismo, en nombre de la ONGD Asociación para la Solidaridad, se les ha hecho entrega de un simbólico "cuaderno en blanco" con la petición de que venga completo de historias, testimonios y vocación para compartir lo vivido.



























Al final de la celebración intervino Marta Iglesias, nueva Presidenta a nivel nacional de la ONGD Redentorista ASOCIACION PARA LA SOLIDARIDAD. Esta ONGD es la que promueve los diferentes campos de misión a los cuales, en este año, se envían en total 12 voluntarios.

REFLEXIÓN (P. Laureano del Otero, cssr)

1. También la Virgen del Perpetuo Socorro calma en las tempestades

La barca del evangelio me recuerda también a otra que protagonizó nuestra Virgen. Ya sabéis que la imagen fue robada, según la leyenda, de la isla de Creta, y que el rico mercader que se la agenció se embarcó rumbo a Roma. En mitad del recorrido, se desató una violenta tormenta, y él, confiado en su poder, puso el icono en alto e invocó a la Madre de Dios. Al momento todo se volvió calma y silencio.

La barca es símbolo de dificultad, como tantas barcas y pateras que cruzan mares imposibles con historias infernales que terminan en trágicos finales. El futuro no parece fácil. Pero los que suben a la barca quieren remar contra corriente y encontrar la otra orilla…

2. Difíciles explicaciones

Lo contaban en un programa de televisión. La niña pregunta a su padre: ‘Papá, ¿tú tienes miedo?. ‘No, hija, yo soy mayo, ya no tengo miedo’, dice el padre. ‘¿Y mamá tiene miedo?’. ‘No, hija’ dice el padre de nuevo- ‘Mamá no tiene miedo’. La niña sigue: ‘… entonces si Mamá y tú no tenéis miedo…’- sentencia –‘¿por qué yo, que tengo miedo, duermo sola y vosotros juntos?’.

Seguro que los adultos, esos padres incluidos, encontraríamos mil y una explicaciones para la niña. Pero sabemos que su razonamiento es lógico. Ahora vamos con la tempestad y el Evangelio… ¿qué pasa cuando parece que Dios no está, que Jesús debe de estar echándose una buena siesta? ¿Qué explicación hay entonces cuando parece que Dios no nos acompaña o escucha, justo cuando peor nos encontramos y más le necesitamos?

Jesús, el Dios hecho hombre, nos aseguró que Dios no nos ahorra nada de lo humano. Su Hijo tuvo todo lo que tiene una persona: fases de crecimiento, alegrías, enfermedades, anécdotas, problemas, fiestas… Quizás uno de sus objetivos al hacerse Dios-hecho-hombre era mostrarnos que la persona pueda escoger cómo vivir su vida de dos formas: la buena y la mala, como los chistes. La buena, la de Cristo, es la de en cada ocasión entregarse… dar luz y amor hasta en lo más profundod e una situación de dolor y dificultad.

3. Llegar hasta el mar… y pasar a la otra orilla

La vida es un mar, a veces sereno, a veces tempestuoso, y tienen por meta llegar a la otra orilla. Dios nos llama. Nos ha llamado a la vida, nos ha llamado a crecer y desarrollarnos, nos ha llamado a la fe. Y toda la vida es responder a esas muchas vocaciones que son una sola. Pero tener vocación de algo no significa llegar a conseguirlo.

Cuando uno decide orientar su vida como respuesta a la llamada de Dios, se desatan tempestades, y tormentas de todo tipo nos zarandean. El camino no es recto y llano: es líquido y hay que salir a flote. Y solos no podemos llegar al final. Job, después de tantas desgracias, no podía llegar al final de su prueba sólo… porque su desesperación le condenaba a la autodestrucción. Todos le atormentaban: la mujer, los amigos, las desgracias, las enfermedades… Solo Dios podía enseñarle un significado en esas experiencias. Y una meta: encontrarle a él.

Una parroquia llega hasta el mar, porque tampoco tiene un camino llano. Hay que sacar a flote mucho evangelio, apostar por grupos donde la fraternidad cristiana es real y no una palabra que sale de los labios. Hay que ser voluntario en Cáritas, o ensayar con un coro, o apostar por una campaña que es todos los años…

La vocación, y la vida de una parroquia, puede naufragar ante la indiferencia de la mayor parte de la gente, ante las presiones de los “esquemas del mundo”. Pero Jesús no nos ha dejado: está ahí, dormido, pero está… Grítale, te escuchará. Las personas llamadas como estos redentoristas que se preparan para el sacerdocio (Miguel, Damián y Víctor) o estos voluntarios que pronto celebrarán su matrimonio (Cristina y Javier) son la respuesta de muchos que han gritado a Jesús. Vosotros seréis mar en calma y silencio para los gritos de terror y angustia de muchas personas. Dios os escogió para calmar sus ansiedades, para socorrerlos.

Solo la seguridad de que Jesús está junto a nosotros nos ayudará a llegar a la otra orilla: cruzar las dificultades y encontrar la calma de poner nuestra vida en las manos de Dios. Cristo está ahí,.. Y su amor nos apremia, nos urge, dice San Pablo. Lo viejo pasa, lo nuevo está ahí… en tus manos.

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